Entre gallos y medianoche
Como era de esperarse, considerando los olores que emanan de la operación, las evidencias del caso Comunicore van saliendo y flotan con facilidad.
Resulta que todo se efectuó a gran velocidad en el período de menor actividad anual, los días entre Navidad y Año Nuevo en los que, incluso, muchas entidades cierran. En esos días en los cuales el mundo está distraído se concretó esta escandalosa operación.
Así tenemos que, el mismo día –20 de diciembre– en el que Relima le vendió a Comunicore la deuda de 36 millones de soles al 40 por ciento de su valor –por existir un fraccionamiento a 10 largos años– el gerente de Finanzas de la municipalidad cambia inexplicablemente de opinión y ordena el pago al contado de la totalidad de la deuda, escribiendo a mano la instrucción, en un oficio sin numerar, otorgándole 20 millones de soles de utilidad a Comunicore en el acto. El oficio 'informal' en cuestión fue enviado por el mismo funcionario de Relima, dueño también de Comunicore, que hoy es acusado de estafa y fraude por sus ex empleadores.
No es sino hasta el 27 de diciembre que Relima 'formalmente' le informa a la municipalidad de la operación y se supone que recién ese día la comuna se entera de la existencia de Comunicore. Sin embargo, en el plazo de solo tres días hábiles –con cóctel de Año Nuevo de por medio–, ya que del 31 de diciembre al 2 de enero fueron días feriados, el martes 3 de enero giran 4 millones y al día siguiente otros 20 millones de soles a Comunicore.
En esos tres días entre Navidad y Año Nuevo la municipalidad debió justificar internamente el cambio de opinión que le costó a la ciudad 20 millones de soles. Asimismo, debió confirmar que Comunicore no era una empresa delictiva, que la operación de la venta de la deuda era adecuada y que estaba estipulada en el contrato de concesión y que, por lo tanto, la comuna le podía dar conformidad. En realidad, no hay evidencia de que se haya hecho el menor esfuerzo por verificar esta información; solo se pagó. Creemos que no queda duda que ha existido colusión entre los ex funcionarios de Relima –hoy acusados– y los entonces gerentes de la municipalidad –hoy separados–. La interrogante es si también existió participación al más alto nivel de la Alcaldía. Esperamos que la Contraloría y el Congreso se interesen por investigar esta escandalosa operación.
Resulta que todo se efectuó a gran velocidad en el período de menor actividad anual, los días entre Navidad y Año Nuevo en los que, incluso, muchas entidades cierran. En esos días en los cuales el mundo está distraído se concretó esta escandalosa operación.
Así tenemos que, el mismo día –20 de diciembre– en el que Relima le vendió a Comunicore la deuda de 36 millones de soles al 40 por ciento de su valor –por existir un fraccionamiento a 10 largos años– el gerente de Finanzas de la municipalidad cambia inexplicablemente de opinión y ordena el pago al contado de la totalidad de la deuda, escribiendo a mano la instrucción, en un oficio sin numerar, otorgándole 20 millones de soles de utilidad a Comunicore en el acto. El oficio 'informal' en cuestión fue enviado por el mismo funcionario de Relima, dueño también de Comunicore, que hoy es acusado de estafa y fraude por sus ex empleadores.
No es sino hasta el 27 de diciembre que Relima 'formalmente' le informa a la municipalidad de la operación y se supone que recién ese día la comuna se entera de la existencia de Comunicore. Sin embargo, en el plazo de solo tres días hábiles –con cóctel de Año Nuevo de por medio–, ya que del 31 de diciembre al 2 de enero fueron días feriados, el martes 3 de enero giran 4 millones y al día siguiente otros 20 millones de soles a Comunicore.
En esos tres días entre Navidad y Año Nuevo la municipalidad debió justificar internamente el cambio de opinión que le costó a la ciudad 20 millones de soles. Asimismo, debió confirmar que Comunicore no era una empresa delictiva, que la operación de la venta de la deuda era adecuada y que estaba estipulada en el contrato de concesión y que, por lo tanto, la comuna le podía dar conformidad. En realidad, no hay evidencia de que se haya hecho el menor esfuerzo por verificar esta información; solo se pagó. Creemos que no queda duda que ha existido colusión entre los ex funcionarios de Relima –hoy acusados– y los entonces gerentes de la municipalidad –hoy separados–. La interrogante es si también existió participación al más alto nivel de la Alcaldía. Esperamos que la Contraloría y el Congreso se interesen por investigar esta escandalosa operación.
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